Insistencia, amenazas y estafas: el riesgo de detenerse en los semáforos por los limpiavidrios
Engaño, intimidación, violencia, insultos, agresiones y daños a vehículos son parte de las vejaciones que sufren ciudadanos en algunas intersecciones de calles y avenidas de la ciudad y la provincia Santo Domingo por parte de limpiavidrios y vendedores de escobillas.
La insistencia para permitir que limpien los cristales exacerba a algunos conductores que reaccionan molestos, pero otros "para quítaselos de encima" aceptan la propuesta y pasan algunas monedas o papeletas de poco monto sin bajar mucho el cristal.
"Pero ellos se creen que es obligado que hay que dejar que le limpien los vidrios", cuenta Felipe Bello, un conductor de carro de concho de la avenida Máximo Gómez.
Julissa Pérez, fue una víctima de un limpiavidrios y contó en las redes lo que le pasó:
"Yo soy mujer y uno de ellos me faltó el respeto de mala manera, yo en compañía de mis nietos, fui a la casa, llevé los niños y llegué al destacamento. Me asignaron una patrulla y dos motorizados llegué al semáforo a buscarlo, lo llevé, amaneció preso y luego al otro día la cita en fiscalía, él cuando lo agarraron, me amenazó diciendo a los demás mírenla bien".
La mayoría son jóvenes de menos de 30 años, harapientos, muy activos, que con un trozo de escobilla y una esponja mugrienta mojada "limpian" los cristales, sin dejar de manchar el chasis de los vehículos por lo sucio de la esponja.