Ciencia

Este mes se discute el futuro de la anguila americana en la convención de CITES

Este mes, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) se convierte en el escenario principal para discutir el futuro de la anguila americana (Anguilla rostrata), una especie que enfrenta un declive poblacional alarmante debido a la sobrepesca, la contaminación de ríos, la pérdida de hábitat y el comercio ilegal internacional. La decisión que tomen los países miembros podría marcar un punto de inflexión en la conservación de esta especie migratoria, cuya vida depende de la conectividad entre ríos de América del Norte y el océano Atlántico.

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La anguila americana es altamente valorada por su carne, especialmente en mercados asiáticos, lo que ha impulsado un comercio que muchas veces no cumple con regulaciones sostenibles. Según informes científicos recientes, la población de esta especie ha disminuido en más de un 90 % en algunas regiones durante las últimas décadas, generando alarma entre conservacionistas y organismos internacionales. Por ello, la CITES evalúa incluir a la especie en listados que establezcan controles más estrictos sobre su comercio, así como cuotas de pesca que garanticen la recuperación de sus poblaciones.

Organizaciones conservacionistas han hecho un llamado urgente a los países miembros para que adopten regulaciones más rigurosas. Estas incluyen la implementación de sistemas de trazabilidad que permitan diferenciar entre comercio legal e ilegal y asegurar que solo se comercialicen ejemplares capturados de manera sostenible. También se busca fortalecer la protección de los hábitats de reproducción y crecimiento de la especie, tanto en ríos como en estuarios, donde la anguila desempeña un papel clave en la cadena alimenticia.

Representantes de Estados Unidos, Canadá y varios países europeos, donde se encuentra la anguila o donde se comercializa, han anunciado que presentarán datos científicos actualizados sobre su estado poblacional y estrategias de manejo sostenible. La cooperación transnacional es esencial, ya que la anguila americana realiza un viaje migratorio que puede superar los 5.000 kilómetros, desde ríos y lagos interiores hasta las aguas del Atlántico donde se reproduce. Sin estas medidas coordinadas, advierten expertos, las poblaciones seguirán disminuyendo y la especie podría enfrentar un riesgo crítico de colapso.

Además de la conservación, los debates en la CITES buscan equilibrar intereses económicos y ecológicos. La pesca de anguila es fuente de ingreso para comunidades locales, por lo que los acuerdos deben considerar estrategias que permitan mantener medios de vida sostenibles mientras se protege la especie. Las decisiones que se adopten podrían incluir límites de captura, regulaciones sobre exportaciones y programas de recuperación de hábitats, con el objetivo de asegurar que la especie pueda regenerarse sin comprometer a las comunidades humanas que dependen de ella.

Con la reunión de este mes, la CITES se perfila como un espacio clave para establecer políticas de conservación y comercio responsable. Especialistas coinciden en que las decisiones tomadas influirán directamente en la recuperación de la anguila americana, la protección de ecosistemas acuáticos y la sostenibilidad de un comercio que, hasta ahora, ha sido una de las principales amenazas para la especie. El mundo observa de cerca, consciente de que este será un paso decisivo para garantizar la supervivencia de una especie emblemática de América del Norte.