La ONU advierte que la inteligencia artificial podría convertirse en un “monstruo de Frankenstein”
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, lanzó una contundente advertencia sobre los riesgos de la inteligencia artificial generativa, al afirmar que esta tecnología podría convertirse en “un monstruo de Frankenstein moderno” si los gobiernos y las empresas no actúan con la urgencia necesaria para establecer salvaguardas efectivas.
La declaración se produjo durante un foro internacional celebrado en Ginebra, donde Türk enfatizó que, aunque la IA ofrece un potencial transformador en múltiples sectores, su desarrollo desregulado podría desencadenar impactos severos sobre derechos fundamentales. Señaló que los sistemas de IA ya representan amenazas reales para la privacidad, la libertad de expresión, la participación política y el derecho al trabajo, situaciones que calificó como “claras y presentes”.
El funcionario subrayó que la creciente capacidad de la IA para generar contenido convincente incluyendo textos, imágenes, videos y audios totalmente fabricados facilita la manipulación de la opinión pública y la difusión de desinformación, especialmente en contextos electorales o conflictos sociales. Según Türk, estos riesgos podrían “socavar gravemente” la confianza en las instituciones democráticas si no se mantiene un control adecuado.
Otro punto crítico de su intervención fue el peligro de la concentración de poder en manos de un pequeño grupo de corporaciones tecnológicas, cuyo tamaño económico ya supera al de muchos países. Türk advirtió que esta desigualdad puede generar escenarios donde las decisiones que afectan a millones de personas queden bajo el control de entidades privadas no sometidas a una regulación estricta. A su juicio, esta dinámica representa un desafío directo para el equilibrio de poder global y la protección de los derechos humanos.
Türk insistió en que la comunidad internacional no debe permitir que el desarrollo tecnológico avance más rápido que la capacidad de los gobiernos para regularlo. “Sin garantías legales robustas, la inteligencia artificial podría volverse incontrolable”, alertó, reiterando que la ONU considera prioritario establecer marcos éticos y normativos que guíen el diseño, el uso y la supervisión de estas tecnologías.
Finalmente, el Alto Comisionado hizo un llamado directo a los Estados y al sector privado para que “pongan los derechos humanos en el centro de la innovación”, destacando que solo así la IA podrá convertirse en una herramienta que impulse el bienestar global, en lugar de una amenaza para las libertades fundamentales.

