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Venezuela llama "locura imperial" que RD autorice a EE. UU. a utilizar aeropuertos

El gobierno de Venezuela calificó como una “locura imperial” la decisión de la República Dominicana de autorizar la presencia temporal de personal estadounidense en dos de sus aeropuertos internacionales, una medida anunciada recientemente por las autoridades dominicanas como parte de acuerdos de cooperación en materia de seguridad.

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El pronunciamiento fue emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela, que criticó fuertemente la acción y acusó a Washington de mantener políticas “intervencionistas” en la región. Según el comunicado, la autorización otorgada por Santo Domingo representa, a juicio del gobierno venezolano, un riesgo para la soberanía regional y un paso que podría abrir la puerta a una mayor influencia estadounidense en el Caribe.

La Cancillería venezolana afirmó que esa decisión forma parte de lo que calificó como una estrategia de “dominación y control” de Estados Unidos, y advirtió que cualquier presencia militar o de seguridad extranjera en la región debe ser vista con cautela. Además, reiteró su rechazo a cualquier acción que pueda interpretarse como un apoyo a lo que llaman políticas “imperiales” del gobierno estadounidense.

Mientras tanto, las autoridades dominicanas han aclarado que la presencia del personal estadounidense se limita estrictamente a tareas técnicas y de cooperación en seguridad aeroportuaria, y que no implica cesión de soberanía ni control estadounidense sobre ninguna instalación del país. Señalaron que la medida forma parte de acuerdos bilaterales establecidos desde hace años para combatir el crimen transnacional, incluyendo narcotráfico, tráfico de armas y trata de personas.

El intercambio de declaraciones reaviva tensiones políticas en la región, donde algunos gobiernos mantienen posturas críticas hacia la influencia estadounidense, mientras otros refuerzan alianzas en materia de seguridad y cooperación internacional. Hasta el momento, autoridades dominicanas no han respondido directamente a los señalamientos del gobierno venezolano, aunque han reiterado que la medida responde a objetivos estrictamente operativos y temporales.

La controversia surge en un momento en que el Caribe se encuentra bajo creciente presión para mejorar la seguridad fronteriza y fortalecer los mecanismos de control frente a redes del crimen organizado que operan en la zona. La discusión continúa generando reacciones tanto en círculos diplomáticos como en la opinión pública de ambos países.