Opinión

¿Quién se beneficia cuando una mujer se sexualiza?

Por Esmeralda Batista Mena

El porqué importa que Sydney Sweeney venda su agua de bañera y Sabrina Carpenter pose como un perro
El pasado 6 de junio, se publicó el anuncio de una barra de jabón para hombres llamada “Sydney’s Bath Water Bliss”. En este, vemos a la actriz Sydney Sweeney, sentada en una bañera hablándole directamente a la cámara usando connotaciones sexuales. El anuncio procede a decir cómo la barra de jabón contiene el agua verdadera de la bañera de la actriz.

Fuente: New York Times

Días después, el 11 de junio, la cantante Sabrina Carpenter publicó en Instagram el nuevo cover de su álbum “Man’s Best Friend”. En la foto podemos ver a Sabrina en el piso mientras una mano masculina la toma por el cabello. La portada muestra a la cantante como un perro domesticado, lo cual le da sentido al nombre del álbum, cuya traducción literal es “El mejor amigo del hombre”.
Fuente: Sabrina Carpenter Official Store
Ambos actos por las celebridades causaron revuelo en redes sociales, abriendo paso al debate de si esto es un efecto adverso del feminismo y la liberación sexual. Más específicamente, el feminismo liberal que prevalece en Estados Unidos.
No creo que todas las expresiones sexuales que una mujer realice, ya sea como artista o como ser humano, sean en el nombre del feminismo. En todo caso, me atrevería a decir que el disfrute del sexo para las mujeres es un concepto relativamente nuevo que las masas están explorando.
No hay nada de malo en navegar el sexo en sus diferentes matices. Sin embargo, coincido en que tales acciones pueden desviarse de su propósito original. Y más con el pop-feminismo, el cual muchas veces es una versión más digerible de ideales machistas para gente joven e impresionable.
La liberación sexual puede dar un giro de 360 ​​grados en cuestión de segundos. Es decir, al principio puede ser un discurso opuesto a estructuras patriarcales, pero vuelve (intencional o accidentalmente) al mismo lugar de antes. Una mujer puede tener deseos de expresarse sexualmente para sentirse dueña de su cuerpo. Pero en un clima político y social donde solo se le considera un objeto sexual, tales decisiones podrían convertirla en prisionera de sus decisiones.
Creo que una mujer está realmente decidiendo por su propia sexualidad cuando puede tener cierto control sobre las consecuencias de sus acciones, ya sean negativas o positivas. Esto puede ser algo tan simple como hablar con su pareja y llegar a acuerdos mutuos sobre el consentimiento, los límites y las dinámicas de poder dentro de la intimidad. En el caso de Sabrina y Sydney, cuando estos temas se exponen a las masas sin cuidado, el asunto se vuelve mucho más grande que el individuo.

Si bien ambas son mujeres adultas que no están obligadas a asumir una responsabilidad social, es importante comprender cómo las consecuencias de sus actos afectan las perspectivas culturales sobre las mujeres. Reconocer esto podría ayudarnos, tanto a nosotras como a las generaciones más jóvenes, a evitar una representación dañina de nuestro género y del sexo.

¿Esto significa que el movimiento de liberación sexual solo sirve para revender ideales patriarcales? No necesariamente.
Una sociedad más sexualmente abierta también debería incluir discusiones sobre dinámicas de poder en las relaciones, consentimiento y respeto. Pero más que nada, debe también traer consigo la eliminación total de la cosificación, inclusive cuando esta se vea estética y sea “decisión” de la propia mujer.

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